“El hombre no es un espíritu y un cuerpo, sino un espíritu con un cuerpo y sólo accede a la verdad de las cosas porque su cuerpo está como plantado en ellas” (Merleau-Ponty, 2002, p. 24). Por eso, la relación del hombre con las cosas no es frontal, unidireccional, lejana; sino todo lo contrario, es una relación familiar, de dos cuerpos que habitan un mismo espacio. El mundo rodea y envuelve al hombre. http://www2.ual.es/RedURBS/BlogURBS/sobre-un-cuerpo-que-danza/ Y es que la danza permite que el cuerpo, que es lo que es, con su frágil funcionamiento, remedie su identidad, y siendo cosa, estalle en sucesos. Es llave maestra que abre la profundidad del espíritu y permite expresar la experiencia fundamental del trascender. El cuerpo que baila, capaz de conmover sin comunicar un significado preciso, se mueve en un ritmo distinto que modifica lo espacial (forma, imagen) y también lo temporal (sucesión, duración)."
Entradas
Mostrando entradas de agosto, 2018